agobio ante el emprendimiento

Los miedos del emprendedor, más allá de etiquetas.

Cómo afrontar los miedos del emprendimiento sin prisa pero sin pausa.

¿Hay alguien al otro lado a quien realmente le interesa lo que cuento?

Sé que esta pregunta nos la hacemos muchos, en voz baja, cuando comenzamos a dar forma a nuestro proyecto y es que los miedos son parte del equipaje que nos acompaña en este viaje de emprendimiento. 

Los miedos más comunes del emprendedor

 Me confieso: Síndrome del impostor (lo tengo), del experto (viene conmigo), del perfeccionista (suele acudir), de la “Superwoman” (apúntamelo, también),… Puede que te suenen estas etiquetas, o tal vez no, pero no te preocupes, no son diagnósticos clínicos, sino los nombres que se han puesto a los miedos más comunes que nos arropan a diario y que, en resumen, son el miedo a no ser lo suficientemente válidos, a no estar a la altura.

Esa sensación de que a nadie le interesa lo que ofreces es la que nos impide avanzar. Nos hace posponer publicaciones, pasar de puntillas por redes sociales y dudar de nuestro propio valor. Y de nada sirven las palabras de aliento de quienes te valoran en lo personal y en lo profesional, porque qué te van a decir ellos que tratan de animarte; el miedo, siempre pesa más. 

Pero déjame decirte algo, a pesar de todos esos miedos, de bloquearme y de buscar excusas para no aparecer por redes o posponer la publicación del proyecto, aquí estoy. Luchando contra mi miedo “escénico” para compartir contigo mis aprendizajes, mis errores y mis miedos, porque sé que no soy la única que se siente así y quiero que sepas que si estás leyendo esto es porque tú también puedes trabajar con ellos. 

¿Te has parado a pensar de dónde vienen esos miedos?

La trampa de la comparación: define tu éxito personal

En mi caso, el querer hacer todo perfecto a la primera y el compararme con otros profesionales ha hecho de le dé demasiadas vueltas a todo, que en ocasiones pierda el rumbo, como te contaba en el post anterior Conoce el rumbo de tu negocio

Y es que estamos expuestos a tanta información, acostumbrados a que sea rápido, que cuando somos conscientes de todo lo que conlleva lanzar un proyecto digital, nos puede la ansiedad y comenzamos a mirar qué hacen los demás.

“Si este ha conseguido hacerlo tan rápido, ¿por qué yo no?”

Esa pregunta es el primer error que cometemos. Puede que esa persona tenga más experiencia, un equipo detrás o, simplemente, lleva más tiempo trabajando en su proyecto.  Sea como sea, si vas a mirar a los demás, que sea para aprender, no para que tu trabajo diario se vea malogrado por esa ansiedad. 

Para “controlarlo”, date un momento, cierra los ojos, respira hondo y pregúntate:

¿Qué es el éxito para mí? ¿Es llegar a un millón de seguidores o ayudar de verdad a alguien con mi trabajo? 

Descubre qué es éxito para ti, recuerda lo que motivó tu proyecto y cuáles son tus metas.

Recuerda que está bien tener referentes, pero asegúrate de que son los adecuados, y sobre todo, evita confundir tus objetivos con los de otros, porque tu camino lo tienes que marcar tú, y el éxito es un sentimiento personal que no se mide en números.

Miedo a la visibilidad: busca conexión real

Otro de los mayores frenos es la parte pública. Sentimos que debemos estar en todas partes, todo el tiempo, tener muchos likes y seguidores. Déjame decirte que todo eso, gracias al uso de bots y la compra de seguidores, se ha convertido en humo.
Lo que te tiene que importar es llegar a tu audiencia, a esas personas que realmente valoran tu proyecto.

¿Qué quiero decir con esto? No te obsesiones con las cifras superficiales, simplemente trata de mejorar cada día para llegar a quienes realmente quieres llegar. 

El miedo a que «nadie esté al otro lado» es uno de los que más nos paralizan. La cultura digital nos presiona para ser virales, pero la verdad es que tu proyecto solo necesita llegar a esa persona. Piensa en la persona a quien quieres ayudar, y crea contenido o servicios para ella. Si dejas de enfocarte en llegar a todo el mundo y te centras en esa persona, tu mensaje será más claro, el esfuerzo por agradar desaparecerá, y tu ansiedad se reducirá. Y, curiosamente, llegarás a más gente.

De la perfección al abrazo de la imperfección

Por último te quiero hablar de algo que me acompaña desde hace años y que es la búsqueda de la perfección, ¿te suena?, pues te voy a decir una cosa, es lo peor que puedes hacer, ¿cómo se me ocurre decir eso? porque llevo años buscándola en muchos aspectos de mi vida y se convierte en un bucle que lo único que he conseguido es, ansiedad y perder el tiempo.

No existe el momento perfecto, ni el nivel de estudios perfecto. El mundo cambia cada día. Así que fórmate en algo que te guste, aprende de lo que pasa en el mundo, intenta trabajar en algo que no te robe la energía y recuerda, como decía Mafalda: “Lo urgente no deja tiempo para lo importante”. 

Ordena tus prioridades y lánzate, ya iremos haciendo ajustes por el camino. 

En un mundo lleno de expertos y «gurús» que parecen tenerlo todo controlado, mantenerte fiel a tu idea es un valor. Abrazar tus imperfecciones te acerca todavía más a tu audiencia.

Cuando eres consciente de tus miedos, de lo que te frena a la hora de emprender, de mostrarte, déjame decirte, que tienes mucho ganado.
Da igual que se le llame miedo, síndrome o procrastinación, lo importante es saber lo que nos paraliza para poder trabajar con ello.

La llave para avanzar

Miedos habrá siempre: da igual si los llamamos síndrome, bloqueo o procrastinación. Lo importante es reconocer qué nos frena y trabajarlo poco a poco.

Te cuento un secreto, empecé escribiendo posts por compromiso, para cumplir, pero ahora los escribo pensando en quienes me rodean y que sé que se sienten como yo cuando piensan en emprender un proyecto, personas a las que tengo cariño e incluso a las que no conozco, en resumen, para ti que me acompañas en este viaje en el que estoy aprendiendo a aligerar mi equipaje. 

Te invito a hacer una lista de objetivos que quieres cumplir y otra de lo que te cuesta hacer. Cuando eres consciente de que tu proyecto o tu manera de trabajarlo no es perfecta pero aún así lo lanzas.
Márcate pequeños retos cada día, cada semana y/o cada mes. Ve haciéndolos sin presionarte, tómalo como un experimento, y celebra cada logro, trátate bien en el proceso y sobre todo siéntete tú en todo el proceso.

Ahora cuéntame, ¿Cuál de estos miedos te acompaña más en tu día a día? 

¿Y qué pequeño reto te pondrás esta semana para combatirlo?

Me encantará leerte en los comentarios y seguir compartiendo este camino contigo. ☺️​

Comparte este artículo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *